Un tema que traen bastante, las clientas que se acercan al local, es cómo está su Autoestima!, ya que enseguida aparece lo que el espejo les devuelve.
Indagando un poco, y gracias a material aportado por una Coach Ana Aventin, basado en textos de Walter Riso, traemos algunas ideas, como para hablar de que se trata y como lo vemos.
La Autoestima ¿tiene que ver con el amor?
Al hablar de Autoestima, nos metemos con la palabra Amor. El amor a uno mismo es un dique de contención contra el sufrimiento mental. Amarse a uno mismo no solamente es el punto de referencia para saber cuánto se debe amar a los demás, sino que parece actuar como un factor de protección para cuestiones de la psique y un elemento que genera bienestar y calidad de vida.
Hablamos de la capacidad genuina de reconocer, sin vergüenza ni temor, las fortalezas y virtudes que poseemos, integrarlas al desarrollo de nuestra vida y volcarlas hacia los demás de manera efectiva y compasiva.
Quererse a uno mismo es considerarse digno de lo mejor, fortalecer el auto respeto y darse la oportunidad de ser feliz por el solo hecho, y sin más razón, de estar vivo.
El amor empieza por casa. Y, para eso consideramos algunos aspectos importantes que configuran la autoestima general:
qué piensas de ti mismo, cuánto te agradas, cuánto te premias y te das gustos, y cuánta confianza tienes en ti mismo

Un amor propio saludable y bien constituido partirá de un principio fundamental: “Merezco todo aquello que me haga crecer como persona y ser feliz”.
Se refiere a lo que piensas de ti, al concepto que tienes de tu persona, así como podrías tenerlo de alguien más, y, como es lógico, tal concepción se verá reflejada en la manera en que te tratas a ti mismo: qué te dices, qué te exiges y cómo lo haces.
Puedes auto reforzarte y mimarte o insultarte y no ver nada bueno en tu comportamiento, o también puedes ponerte metas inalcanzables y agredirte luego por no alcanzarlas, como lo hace mucha gente, así parezca lo más irracional del mundo. Somos nuestra propias decisiones: cada quien elige amarse a sí mismo o no, aunque no siempre somos conscientes de si nos hacemos daño o no.
La autocrítica es conveniente y productiva si se hace con cuidado y con el objetivo de aprender y crecer. A corto plazo puede servir para generar nuevas conductas y enmendar los errores, pero si se utiliza indiscriminada y cruelmente, genera estrés y afecta de manera negativa el auto concepto.
“Me gustaría ser más alto, más linda o lindo, más inteligente, más sensual, más eficiente…”; y la lista puede ser interminable. Se comparan todo el tiempo con quienes son mejores o los superan en algún sentido.
Guía
Te damos tips útiles para salvar tu auto concepto del auto castigo, la autocrítica y la auto exigencia
#1 Trata de ser más flexible contigo mismo y con los demás
porque no hay nada totalmente bueno o malo. Es mejor tener tolerancia a que las cosas se salgan a veces del carril y no enloquecer por ello, y aceptar que el mundo no gira a tu alrededor ni todos tus deseos son órdenes para el universo.
Haz el esfuerzo y concéntrate durante una semana o dos en los matices. No te apresures a categorizar de manera terminante. Detente y piensa si realmente lo que dices es cierto. Revisa tu manera de señalar y señalarte; no seas drástico. Busca a tu alrededor personas a las cuales ya tienes catalogadas y dedícate a cuestionar el cartel que les colgaste; busca evidencia en contra, descubre los puntos medios y, cuando las reevalúes, evita utilizar las palabras siempre, nunca, todo o nada. Las personas no sólo son, también se comportan.
Algunas ideas para que comiences a jugar:
a) Desorganiza un poco tus horarios, tus ritos, tus recorridos, tu manera de disponer las cosas; hazlo como un juego, a ver qué pasa. ¡chau perfección por unos días! Convive con el desorden una semana y piérdele el miedo. Descubrirás que todo sigue más o menos igual y que tanto ímpetu controlador era una pérdida de tiempo.
b) Intenta ser benigno, especialmente contigo mismo, sin tantos rótulos
c) Piensa más en las opciones y en las excepciones a la regla. La vida está compuesta de tonalidades, más que de blancos y negros ¡vamos con los matices!
d) Escucha a las personas que piensan distinto de ti, no para cambiar de opinión sino para informarte y luego decidir.
#2 Revisa tus metas y las posibilidades reales para alcanzarlas
¡Por favor, no te coloques metas inalcanzables! Exígete a ti mismo de acuerdo con tus posibilidades y capacidades reales. Si te descubres intentando subir algún monte Everest y te estás angustiando, tienes dos opciones racionales: cambiar de montaña o disfrutar del paseo. Intenta disfrutar, “paladear”, subir cada escalon, como si cada uno fuera un gran objetivo en sí mismo, independiente de la máxima cima. No esperes hasta llegar al final para descansar y sacarle gusto al trajín o a la lucha.
#3 No observes en ti sólo lo malo
Si sólo te concentras en tus errores, no verás tus logros. Si sólo ves lo que te falta, no disfrutarás del momento, del aquí y el ahora. Rabindranath Tagore decía: “Si de noche lloras por el Sol, no verás las estrellas”. Hay veces que el corazón sabe más o capta más información que nuestra razón. No te regodees en el sufrimiento.
#4 No pienses mal de ti
Sé más benigno con tus acciones. Afortunadamente no eres perfecto ni eres tampoco tan horrible, aunque te empeñes en serlo. No te insultes ni te faltes al respeto. Lleva un registro sobre tu auto evaluaciones negativas, detecta cuáles son justas, moderadas y objetivas, y cuáles no; y si descubres que el léxico que usas para ti mismo es ofensivo, cámbialo y busca calificativos más constructivos y respetuosos respecto de tu persona. El costo de crecer como ser humano es equivocarse, meter la pata.
#5 Quiérete la mayor cantidad de tiempo posible
La premisa: “Si me va mal, me odio, y si me va bien, me quiero” es injusta contigo. A veces tendrás rabietas y discusiones de “yo” a “yo”, pero tu valía personal, si realmente te amas a ti mismo (tu amor propio), nunca entrará en juego. Te perdonarás y volverá surgir el idilio con aires renovados
#6 Trata de acercar tu “yo” ideal a tu “yo” real
Las metas imposibles, extremadamente rígidas, aumentan la distancia entre tu “yo” ideal (lo que te gustaría hacer o ser) y tu “yo” real (lo que realmente haces o eres). Si has idealizado demasiado lo que deberías ser, lo que eres te producirá fastidio.
#7 Aprende a perder
Existe una resignación sana cuando los hechos te embisten y puedes verlos objetivamente, la reevaluación
objetiva y franca de tus aspiraciones en relación con tus capacidades es la solución: hay que aprender a perder
La autocrítica moderada, la auto observación objetiva, la autoevaluación constructiva y el tener metas racionales y razonables ayudan al desarrollo del potencial humano. Eres una máquina especial dentro del universo conocido; no te maltrates ni te insultes. Para ser exitoso no necesitas del auto castigo.
Nos encontramos en otra charla.
@Carla